Powered By Blogger

miércoles, 26 de enero de 2011

miedo

       Bueno llego la hora de decírselo ¿no? Puf que nervios, bueno tranquila que todo saldrá bien, relájate y déjate llevar por tus sentimientos. Puf ya van 4 meses y parece que fue ayer...puf bueno relájate, dí lo que el corazón te diga. No dejaba de dar vueltas por la sala donde los rayos de la mañana atravesaban las ventanas y el resto de la gente hablaba relajadamente, cotilleaba o se carcajeaba con sus amigos mientras que yo me encontraba cercana a un ataque al corazón y mordisqueaba un bolígrafo para calmar mis nervios sin saber qué hacer. Le miraba fijamente mientras jugaba con sus amigos al fútbol, intentando averiguar en su rostro una posible reacción...Y entonces fue cuando le puse valor por una vez en mi vida y por fin me dirigí a él le miré a los ojos y le grité:
-¡Te amo!
-¿Cómo?- dijo él cómo si toda mi preparación psíquica durante 4 meses no hubiese servido para nada.
-Que te quiero...-le repetí con menos entusiasmo.
-...¿De verdad?-cuestionó, sin confiar en mis palabras aunque contestase con la verdad.
-Sí...Lo eres todo para mí...


       Y...entonces, de repente, no pronunció ni una palabra más, se giró y se decidió a salir de la sala dónde nos encontrábamos. Me rompí en dos y en ese momento sólo sabía repetirme: tonta, tonta y más que tonta ¿cómo has podido ser tan inútil? Tanto tiempo tirado a la basura...Puf. En ese momento le hubiera vuelto a gritar una y mil veces que estoy por primera vez en mi vida enamorada y que él había sido el afortunado. Le hubiese contado que todas las noches sueño con su mirada y que desde que le conocí me robó el corazón...
       Pero qué dolor tan fuerte produce la indiferencia, mucho más que si me hubiera dicho que era imbécil, y que me hubiese dejado en ridículo delante de todo el mundo, lo hubiese preferido. Siempre tras la indiferencia te queda la duda, preguntándote ¿y si me quiere? ¿y si no se atreve?¡Anda ya! pero cómo te va a querer si no se a atrevido a decírtelo y ha salido huyendo para evitar la conversación. Es en esa confusión cuando desearías leer la mente. Pero tomé otra decisión, no me lo pensé dos veces y salí por la puerta decidida a buscar una respuesta.


       Le encontré sentado en un banco, solitario, pensativo como acostumbraba a media mañana...Le miré y esquivó mi mirada como una puñalada, agachó la cabeza y se mordió el labio pensativo. Me acerqué a él y por fin tuve valor.
-Oye que...
-No digas nada, déjalo todo como estaba, era mucho más bonito.-me interrumpió enfadándose consigo mismo.
-Lo siento pero necesito una respuesta...
-¿Es que acaso no está dicho todo ya?-dijo con un resoplido de chulería, indignándose cada vez más con la situación.
-No, la única que habló fui yo.-zanjé.
-Te llevo hablando 4 meses sin apenas conocerte me has conseguido llenar como nadie y ¿sabes lo peor de todo? Que soy un cobarde, que tengo miedo a que las cosas salgan mal y tengo miedo a quererte, tengo miedo a que un día te canses de mi mirada y me dejes tirado solo. Porque nunca confié en nadie y no pensé que fueses tú la que me llegase a enamorar. Pero desde hace tiempo te estoy intentando decir que te amo con la mirada, besarte sin tocar tus labios, simplemente imaginándome un día junto a tí...-susurró sumiéndose poco a poco en el silencio.
-Nunca pensé eso...-contesté totalmente aturdida por tanta información.
-Pues créetelo es de verdad y daría todo por irme contigo a un lugar donde no existiese el miedo.-dijo hundiendo la cabeza entre las manos.
-Pues, hago las maletas y vamos rápido- dije con tono alegre para intentar animarle.
-Jaja, ¿De verdad vendrías conmigo?-me preguntó mientras me miraba con una sonrisa que me dejaba sin habla una vez más.
-Creo que te amo lo suficiente para confiar en que cuidarás de mí mejor que nadie...



No hay comentarios:

Publicar un comentario