Depende del momento te puedes convertir en agresor o en agredido, en perjudicado o en perjudicial, en bueno o en malo. Cuando muchas veces consiguen hacerte daño, consiguen hundirte en lo más profundo, te levantas, con ira, con furia. Es entonces cuando te conviertes en una bestia capaz de hacer cualquier cosa por sentirse un poco mejor consigo mismo, haces daño, hieres y quemas a toda persona a tu alrededor.
Acabas pasando de ser alguien dolorido a transformarte en el propio dolor de otros.