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domingo, 16 de octubre de 2011

Universos infinitos

Nunca jamás me sentí tan pequeño, como el día que ocupe en tus sueños. Esos de los ojos abiertos, cuando el mundo estaba durmiendo, cuando el sol no quería salir porque había pasado la noche sin ti.
Cualquiera diría que somos adictos al humo que sale de tus cigarrillos.
Dos espejos frente a frente crearán, cien mil caras que observar, puede que alguno de ellos sea el real, lo tendré que investigar. Que empiece el viaje ya...

Enciendo el cigarro con agrio llanto de estrella que arde a lo lejos porque hablan de ella, en un universo infinito que cruzan miradas que aquí no se mirarán nunca. Bailando desnuda hoy te tapaba un eclipse de luna. Como un astronauta perdido en tus pecas, es que me olvidé que sigo en la tierra. Oye.. tal vez no los sepas si sigues bailando con otros planetas.

Shinoflow y Love of Lesbian
Infinita ingenuidad de tan grande es demencial. No detecto una señal, nunca encontraré un lugar donde al fin me entienda. Tendré que mirarte por un telescopio, buscar tu señal en la radio, subir en la nave sin un copiloto que sepa cruzar el espacio siguiendo la estela que deja el cometa que va donde digan tus labios así me perdí en tu universo de noches fugaces y días extraños.

No volveré a hacerlo jamás no encontré una respuesta y si no regreso jamás este ruido no cesa. Mundos que van a estallar, si mi vida está opuesta. Y yo ya no puedo hacer más, si hacer más siempre resta.




viernes, 14 de octubre de 2011

Vértigo

   Te tuve, nunca me arrepentiré de eso, de esos momentos, de esas risas, de esos besos. Sólo me arrepiento de haberte perdido, de no poder tenerte hoy aquí. Pero si le perdí es porque estuvo conmigo, aquí a mi lado...Y al perderle me hundí, me hundí más que nunca.
   Sólo él me hizo subir, tocar el cielo con los dedos, pero al perderle así, de forma inesperada, la bajada fue en caída libre, sin frenos, en picado, directa al suelo. Estaba demasiado alto como para poder parar, demasiado rápido. Al ser la caída tan brusca las heridas fueron más profundas y tardé más en cicatrizar y en levantarme.
   Una vez que caí el vértigo es más fuerte, al subirme en la torre y asomarme y mirar al suelo, sólo pienso en la caída y las heridas rejuvenecen tan sólo con mirar abajo. Tengo miedo, miedo a volver a caer, a volver a herirme. No quiero volver a subir.