
Todo pasa a convertirse en restos inertes, nada dura para siempre incluso la flor más bonita se marchita en algún momento, incluso en el más despejado de los cielos llega la tormenta, incluso el amor más verdadero se acaba en algún momento. Nada es para siempre.
Debemos aprender a convivir con todo aquello que nos quedará, con ese polvo que poco a poco se irá regenerando creando nuevas flores, despejando de nuevo los cielos o trayendo nuevos amores. Eso es lo que nos durará para siempre, la esencia de lo que un día fue y hoy se acabó, sin embargo, cuando algo se va, algo nuevo viene, algo formado a partir del recuerdo no olvidado, de ese polvo de estrellas que un día nos abandonó, una mezcla de sustancias, de recuerdos, de ideas, de olores que se fueron y que cuando menos lo esperas llegan a tu corazón de nuevo llenándolo para siempre.
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